viernes, 21 de agosto de 2015

Antes de empezar...

   "Es curioso comprobar que muy poco de lo que sabemos acerca de cómo aprende el ser humano - o cómo siente, cómo se motiva, se ilusiona, y cómo puede ser más eficaz - lo aplicamos en la escuela, en el trabajo, en las relaciones  familiares o sociales : apenas aplicamos lo que sabemos y nos hacemos cada vez menos eficaces y menos felices. Nuestra inteligencia y nuestro afecto, nuestra mente y nuestra emoción, nuestra forma de razonar, pensar, intuir crear, imaginar, analizar y sintetizar, de querer, amar y soñar , todos son medios para alcanzar tanto la felicidad como su contrario. Nos hacen felices o infelices. (...) Para lograr la felicidad hay que poner en funcionamiento lo mejor de nuestra mente, de nuestra cabeza y de nuestro corazón. Lo mejor de nosotros mismos, en nuestro beneficio y en le de los demás, porque o somos felices haciendo felices a otros , o no lo seremos nunca,
     



     La felicidad está al alance de nuestra mano, de la de todos , no depende de las circunstancias, de la suerte ni de los momentos en que nos encontremos , depende antes bien de nuestra actitud , de nuestra búsqueda de la verdad"



Robert Swartz: "El 95% de las personas no piensan con cuidado (blog el Mundo)
  
      Robert Swartz ha desarrollado una metodología de aprendizaje basada en el pensamiento que siguen escuelas de todo el mundo (Thinking Based Learning). Es su aportación a la sociedad tras constatar que "entre el 95% y el 98% de las personas no piensan suficiente, no piensan con el cuidado que deberían".  "¿Qué es lo que hacemos mal?", ha preguntado en la primera conferencia plenaria de esta tercera jornada del Congreso Internacional de Pensamiento que se celebra en Bilbao. Según Swartz, nuestro pensamiento suele ser "superficial, apresurado(por ejemplo, en el supermercado hacemos la compra sin pensar e inducidos por la publicidad que archivamos en nuestro cerebro), estrecho(el prejuicio o la propia rapidez nos impiden abrir la mente), borroso (no enfocamos bien) y disperso (pensamos una cosa, saltamos a otra y "no organizamos nuestro pensamiento").
        Y eso ocurre nada menos que al tomar decisiones, resolver problemas, hacer predicciones, responder preguntas, comparar y contrastar, pensar qué hacer...Por el contrario, las personas que piensan bien, que piensan con detenimiento suelen ser curiosas y de mente abierta; quieren entender a otros, quieren ser entendidos y buscan la verdad. Es inevitable pararse a imaginar cómo sería una sociedad con individuos así... Parece una utopía.



   Para alcanzar eso, la vía no es nada utópica, sino práctica e incluso sencilla. "Debemos enseñar habilidades de pensamiento en la escuela", incide. En su conferencia ha explicado cómo. Por ejemplo, con prácticas tan sencillas como, a la hora de enseñar las partes y características de un animal, preguntar a los alumnos qué ocurriría si le faltara una de ellas. En este sentido, recomienda el trabajo en grupo, el brainstorming. Con ejercicios así también se enseña a pensar en la relación entre las partes y el todo. Los alumnos alcanzan un nivel superior cuando, ante situaciones similares, consiguen preguntarse a sí mismos qué preguntas deben hacerse. Significa dar el salto a la metacognición: pensar sobre el propio pensamiento.Más información:@pdsotero


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